Hablaba yo antes de Agatha Christie, de quien debo declararme gran admiradora.
Sin embargo, no es buena escritora de novelas de misterio. Como dice Ibargüengoitia (y conste que estoy citando de memoria) o uno adivina quién es al asesino en la página 40 por su maña de darle cuerda a los relojes o por más vueltas que se le den a los argumentos del detective (principalmente Poirot) no queda claro qué pasó.
Además, la muy tramposa se guarda un as bajo la manga (la carta cuyo contenido sólo Poirot ve, los pasos a deshoras o la información del pasado que al lector se le oculta hasta el final). Claro que yo tampoco soy buena lectora de misterio; a mí me gusta que me lleven de la mano y sorprenderme a cada paso; cuando llego a hacer conjeturas son descabelladísimas (tiendo a ignorar los detalles importantes y clavarme en los absolutamente irrelevantes).
Pero en lo que Agatha Christie es realmente magistral es la novela costumbrista: las conversaciones de sobremesa, las partidas de bridge o los fines de semana en el campo. Por eso adoro ver películas basadas en sus libros, sobre todo las de Poirot (pero con David Suchet, el mismísimo Poirot con su cabeza de huevo, pasitos de pingüino y bigotito engominado) para ver los coches y los vestidos y las casas, me puedo volver loca con las casas. Mi gran favorita (tanto en película como en novela) es Cinco cerditos.
1 comentario:
Pues concuerdo con la idea de que no es del todo extraordinaria en la escritura del misterio y agrego que era un tanto clasisista en el sentido de que solo en la clase alte de la sociedad es que trabajaba Poirot, lo que me hace recordar de paso, la serie televisiva de Colombo: ambos solo laboran para los ricos, mientras los pobres, a nadie les importan. Aun asi cuando era nina me gustaba leerla.
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