miércoles, 7 de noviembre de 2007

El cuento número trece

Acabo de leer la novela de tal nombre, de Diane Setterfield y como me declaro incompetente en la literatura a la que hace referencia explícita: Jane Eyre, las hermanas Brontë (a pesar de tener una irresistiblemente cursi edición de "Cumbres Borrascosas" toda ella morado y oro), pues recurrí a mis conocidos y, honestamente, me recordó a Agatha Christie.
Las dos crean atmósferas cerradas y opresivas donde las respuestas sólo pueden encontrarse entre las pocas personas en un lugar específico, como un barco, un tren, un hotel aisado por la nieve, o, en esta novela, una casa de costumbres extrañas.
Él ambiente está muy bien logrado y algunos personajes son encantadores. Pero chafea justamente cuando entran factores y personajes ajenos a la casa y que a mí me parecieron interferencia y salida fácil.
Además de que tantos gemelos en un solo libro me parece pertubador, no sé si a pesar o a causa de ser cuata yo misma.

1 comentario:

Unknown dijo...

Por ser cuata te ha disturbado, dejemoslo asi jejejeje.