jueves, 4 de febrero de 2010

Día 5: De la nueva vida

Desde que me casé mi vida ha cambiado mucho, y no lo digo sólo por los aspectos evidentes (cambio de estado civil, lugar de residencia y, por consiguiente, de trabajo), sino por cuestiones internas tal vez menos espectaculares.

Este post es sobre uno de esos aspectos: mi casa.

En casa de mis padres, veía toda la panoplia de rituales y requerimientos sobre las cosas y su funcionamiento que tenía mi mamá y muchas me parecían ridículas, otras inútiles y todas irritantes.

Ahora la entiendo. Y lo que es peor, hago lo mismo. Pero ahora entiendo "esa" sensación cuando las cosas están como deben estar.

Aún así me da miedo y a veces me encuentro gritándole al aire: "Márgara, salte de mi cabeza. Salte ya"

No hay comentarios: