jueves, 17 de diciembre de 2009

Mi primer día de kinder

Siguiendo el buen ejemplo de los ilustres Felisberta y Velvet, me he puesto a rememorar mi primer día de kínder, con resultados...

nulos...

En serio, no recuerdo el primer día de kínder, pero sí recuerdo cuando acompañé a mi mamá a ver otro kínder para cambiarnos a mi hermano y a mí porque en el que estábamos creían que F., que era tartamudo, disléxico y mediobabas, se burlaba de ellas por cómo hablaba, así que tenían la mala costumbre de ponerlo rezar 5 padresnuestros después que el resto de la clase ya se había sentado; y como yo era su traductora alterna ahí tienes a los dos hermanitos recitando como loritos. (SPOILER: Lo tartamudo finalmente se le quitó)

Total que ahí vamos mi heroica madre y su chinita poblana de 4-5 años a ver un nuevo kínder. Mientras nos daban el tur por una casa que se veía enorme, nos decían que había clases de natación todos los viernes (el agua es el único medio en que no parezco un pato quemado y me muevo con un poco de gracia,igual que un pato, eh?, por lo que me gustó la idea), pero por más que veía la casa no se me ocurría dónde podrían ser las clases... hasta que llegamos al patio que tenía una pequeña jardinerita, que a mí me llegaba a las rodillas y una llave de agua. Así resolví el misterio: inundaban el patio y lo hacían chapoteadero.

También recuerdo, eso sí, el primer día de primaria y que no entendía porqué chillaban todos esos escuincles y se abrazaban a las piernas de su mamá. A mí lo que me jodía era tener que levantarme temprano de lunes a viernes, pero no como para llorar. Nomás no me gustaba.

Sí. Sigue sin gustarme.

1 comentario:

-re- dijo...

me reí y me reí y me reí

sobre todo con el spoiler

un abrazo