Pero este post es sobre otro tipo de pérdidas. De objetos, cotidianos eso sí, pero que significaron algo y cuya desaparición fue inexplicable.
Anotaré especialmente tres:
Primero, mi muñeca Pebbles; no tenía más de nueve años y era mi fascinación.No se por qué pero era mi favorita. Y un día se ensució y nunca la volví a ver.
Segundo, mi chamarra de lona verde. Me encantaba: las mangas eran reversibles de gamuza café. Era grande, ligera y calientita. También era impermeable. Tengo fotos con ella.
Tercero, mi disco de Taraf de Haidouks. Recuerdo éste y no todos los demás que se me perdieron porque todavía tengo la cajita y se perdió en el coche de mi papá. Él no lo tiene, no está en el coche y no está en su caja.
Es extraño lo que una recuerda a las tres y media de la mañana.