viernes, 5 de septiembre de 2008

De películas y libros

El otro día fui a ver Viaje al Centro de la Tierra en 3D (por cierto, muy bien acompañada) y la disfruté como loca. Es lo que según yo deberían ser las películas: dos horas que te atrapen, sacuda, asusten, intriguen, y al salir del cine te dejen con una sensación agradable.
Con estos antecedentes, se adivina que no me gusta mucho el "cine de autor" o "de arte" pa' metáforas o complicaciones metafísicas tengo mi vida y mi chamba y mis broncas existenciales.
Con los libros, mi relación es distinta porque no son tan efímeros: no son 50 pesos por dos horas. Ahora, soy una regular consumidora de best sellers, aunque me considero una lectora exigente, o tal vez por eso mismo. Hay momentos (generalmente en vacaciones) en que tengo ganas sólo de tumbarme y leer un rato, sin tomar notas o asimilar conceptos y relaciones. Claro que hay níveles: del El Ocho y El Evangelio del Mal (no recomendables salvo en caso de severa obstrucción cerebral) a Los pilares de la Tierra o La Catedral del Mar hay un buen trecho de calidad y oficio, si bien la intención sea más comercial que intelectual.
Lo que me queda claro es que ya me curé del farolismo intelectual de antes-muerta-a-que-me-vean-con-un-best seller. Pos sí. Los he leído y los disfruto. ¿Y qué?
Y lo seguiré haciendo. Nada más saludable que recuperar la relación de un niño que sólo lee por placer y si le gusta, lo devora y si no, lo deja y aquí no ha pasado nada. Antes de saber de autores y títulos consagrados.
Lo mismo pasa con las películas, más inmediatamente tal vez; pero el principio debería ser siempre el regocijo y no el prestigio. Claro que si los dos se combinan, no hay nada que lo supere.

2 comentarios:

ANTAR dijo...

Dejándo de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de leer, entendiendo por esto una lectura que no ingrese en el cansacio, ni que insulte al intelecto con su paralela y torpe semejana. La lectura media consite en una inmovilidad del rostro y un deleite espasmódico acompañado de sonrisas, llanto y mocos, estos últimos al final, pues la lectura se acaba en el momento en que uno bosteza enérgicamente. Para leer dirija la imaginación hacia el libro mismo, y si esto le resulta imposible por haber contraido el hábito de creer en el mundo exterior, piense en una portada de Ecco, de Dovtoyesky, de Shakespeare, de Borges, o en esas páginas de TVyNovelas donde no lee nadie, ni nadiie aprende. Llegando la lectura, se juntarán las manos sobre el libro con dcoro, usando ambos ojos con los párpados abiertos. Los niños leen mojando el dedo de la mano con la lengua y de preferencia con la televisión encendida. Duración media de la lectura... Toda la vida.

Espero que Cortazar no se enoje por mi intromisión a sus letras.


SALUDOS

ANTAR dijo...

...y un deleite espasmódico acompañado de sonrisas,.... yo creo que sería mejor decir baba en lugar de mocos.
Gracias

SALUDOS