martes, 5 de febrero de 2008

De la nomenclatura omnívora

Yo no sé quién pone nombres a las calles o con qué criterio, pero hay algunas que me parecen "venganza histórica".

Por ejemplo, aquí em Puebla, la calle al costado de la Iglesia de la Compañía se llama Juan de Palafox y Mendoza. Y me consta que, más de 400 años después, a los jesuitas todavía les duele.

Otrosí. En muchos pueblitos la calle principal, sobre la que suele estar la Iglesia Mayor, se llama Benito Juárez.

Así, los nombradores de calles, o tienen un fino y negro humor histórico (poco probable) o dejan que la noble actividad de nombrarlas caiga en una fiebre devoradora de lo que significa cada nombre y espacio y se convierta en un mero trámite burocrático. El azar hace lo demás.

Ahora, si es una revancha histórica, todavía no me queda claro de quién sobre quién.

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