domingo, 7 de febrero de 2010

7. Objetos perdidos

Todos tenemos calcetines que de repente se quedan viudos, plumas y encendedores que parece que lo único que saben hacer es perderse.

Pero este post es sobre otro tipo de pérdidas. De objetos, cotidianos eso sí, pero que significaron algo y cuya desaparición fue inexplicable.

Anotaré especialmente tres:

Primero, mi muñeca Pebbles; no tenía más de nueve años y era mi fascinación.No se por qué pero era mi favorita. Y un día se ensució y nunca la volví a ver.
Segundo, mi chamarra de lona verde. Me encantaba: las mangas eran reversibles de gamuza café. Era grande, ligera y calientita. También era impermeable. Tengo fotos con ella.
Tercero, mi disco de Taraf de Haidouks. Recuerdo éste y no todos los demás que se me perdieron porque todavía tengo la cajita y se perdió en el coche de mi papá. Él no lo tiene, no está en el coche y no está en su caja.

Es extraño lo que una recuerda a las tres y media de la mañana.

sábado, 6 de febrero de 2010

6. Diez razones por las que MacGyver es la neta

1.- Siempre es caballeroso, especialmente cuando la situación es peligrosa. Por eso todas las chicas lo besan.
2.- No sólo lleva su navaja suiza. También lleva cerillos y, aveces, cinta de aislar. En una ocasión llevó hasta una silla de montar.
3.- Siempre está calmado. Mientras peor se ponen las cosas, es más como si el asunto no fuera con él.
4.- Maneja como Michael Shumaher, monta a caballo como The Sundance Kid y encima también se ha movido en globos aerostáticos y jet skis.
5.- Odia las alturas, como yo. (Claro que normalmente cuando él lo dice está a unas alturas escalofriantes).
6.- A pesar de su look "casual relajado" nunca se despeina. Eso sí, tiene un gallito recurrente.
7.- Comprende el valor de una buena historia de la infancia, venga o no a cuento.
8.- Dice auch después de darle un puñetazo a algún malo.
9.- Se quita la camisa a la menor provocación.
10. Los Simpsons le hicieron un capítulo glorioso.

jueves, 4 de febrero de 2010

Día 5: De la nueva vida

Desde que me casé mi vida ha cambiado mucho, y no lo digo sólo por los aspectos evidentes (cambio de estado civil, lugar de residencia y, por consiguiente, de trabajo), sino por cuestiones internas tal vez menos espectaculares.

Este post es sobre uno de esos aspectos: mi casa.

En casa de mis padres, veía toda la panoplia de rituales y requerimientos sobre las cosas y su funcionamiento que tenía mi mamá y muchas me parecían ridículas, otras inútiles y todas irritantes.

Ahora la entiendo. Y lo que es peor, hago lo mismo. Pero ahora entiendo "esa" sensación cuando las cosas están como deben estar.

Aún así me da miedo y a veces me encuentro gritándole al aire: "Márgara, salte de mi cabeza. Salte ya"